Ensenada

Oreña (Cantabria).

Un sitio espectacular que está fuera de cualquier ruta.

Iso 200, f/4, 80 sg.

Se cree que ya en tiempos de los romanos se usaba este enclave como puerto para los habitantes de Santillana del Mar, población muy cercana. Su uso como puerto continuó durante la Edad Media y más tarde, en la primera mitad de siglo XX, fue cargadero de las minas que se explotaban en los alrededores. Existen numerosas galerías de manganeso y blenda ya abandonadas, a las que es posible entrar conscientes siempre del riesgo que implica. Finalmente, durante la Segunda Guerra Mundial sirvió de refugio y punto de aprovisionamiento de los submarinos alemanes que operaban en el Cantábrico.

Panoramíca de 5 fotos. Iso 800, f/4, 20sg

Se accede con facilidad desde el pueblo de Oreña, en el municipio cántabro de Alfoz de Lloredo. Una pequeña carretera nos deja justo encima del acantilado en el lado oeste de la ensenada. No hay aparcamiento como tal, teniendo que dejar el coche en el lateral de la estrecha carretera. Andando se puede bajar hasta el mar y apreciar los restos que todavía existen de la antigua mina.

Ruta de acceso

No se puede cruzar andando de un lado al otro de la ensenada. Para acceder al lado este, la mejor forma es hacerlo a través de caminos que salen desde el pueblo de Ubiarco.

Las Fotografías.

Para realizar estas fotos tuvimos la inestimable ayuda de la Luna, prácticamente en fase llena esa noche, aunque aún no estaba lo suficientemente alta como para iluminar toda la ensenada. Por ello,  había que buscar los parametros correctos para conseguir una foto en la que la zona en sombras tuviera algo de información (que no quedara negra, para poder luego levantar esa zona en el revelado) y que el cielo no quedara sobreexpuesto ya que daría el aspecto de una foto diurna.

Es asombroso la cantidad de detalle que se puede conseguir sacar en el revelado de una zona aparentemente oscura y negra. La anterior foto panorámica es un claro ejemplo.

En la primera foto, además de la luz de la luna, quise dar algo más de protagonismo a la valla y la iluminé con una linterna cálida.